lunes, 16 de mayo de 2011

Un duro camino.

¡Los Alpes! ¡Ya los puedo ver! Decía uno de mis soldados más jóvenes. Estábamos llegando a nuestro objetivo, ya nos quedaba poco. Caminamos durante dos semanas y por fin los estábamos atravesando, pero el frío era insoportable, no estábamos preparados para tales temperaturas. La primera noche murieron cinco mil soldados y tres elefantes. Aquello empezaba a ser una tortura. Sobrevivíamos a duras penas. Las nevadas y heladas hacían más difícil nuestra supervivencia. Día tras día moría una gran parte de mis soldados, quedaban sesenta mil y aún no habíamos recorrido ni la mitad de aquel infierno de nieve. Yo veía tan lejano mi objetivo...algunos de mis soldados me decían que no perdiese la esperanza, pero era algo muy difícil de no hacer. A finales del año ya nos quedaba poco camino y pocos soldados también...todo aquello fue una pesadilla.